Hay en tu luz
el clamor del fuego
cuando estalla la tormenta.
Nada nos impide
amarnos en los rincones,
mientras la otra ciudad
se disuelve
en cenizas de tiempo.
Mientras mi cuerpo
te encuentre,
fingiré que la soledad
no existe,
que el mundo brilla,
que el despertar trae
esperanzas.
( A Lula)
miércoles, 20 de junio de 2012
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